martes, 22 de octubre de 2013

PEOR QUE LA LEWINSKY


Me van a dejar con los ojos y los oídos tapados. Ataviada como si fuera a la luna a falta de la escafandra, porque en la cabeza llevo una especie de pasamontañas en el que sólo hay un agujero para la nariz. La consigna es: "Agudiza el olfato, porque ese es el único sentido que vamos a dejar que uses".
Si no lo explico, no se va a entender.
Soy estudiante de psicología en prácticas, y me he presentado ante el profesor del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos para llevar a cabo un estudio sobre las fobias.
¿Por qué yo? Pues porque soy la candidata ideal. Soy gatófoba. Con 4 años vi una película de unos gatos que se comían a la gente y desde entonces me dan miedo.
¡Ay Dios! Deben haber cerrado la puerta tras de mí porque me ha llegado una bocanada pestilente.
No sé cuántos gatos debe haber aquí, quizás no haya ninguno, y sólo haya orines y se estén riendo los profesores a mi costa.
No puedo manotear ni tocar nada.
No sé qué es más desagradable, la deprivación sensorial o el saber que el único sentido del que dispongo es más sensible de lo habitual en otras personas.
Cuando alguien me da una prenda de ropa, lo primero que hago es olerla, dicen que es un tic de embarazada. Tonterías, yo lo he hecho desde siempre.
Por cierto, es pensar en oler algo y me ha vuelto uno de los peores olores que existen, los orines de gato.
Lo estoy haciendo bien al usar una tarea distractora, pero si pienso en aromas agradables mi pituitaria recibe una bofetada de este hedor nauseabundo.
Debería ocupar mi mente con otro de mis sentidos, y no me refiero al arácnido.
No sé cómo tendría que actuar, mi objetivo es que me suban la nota del último parcial y así no quedarme sin la beca.
Cualquier cosa por conseguirla, incluso esto. Puaj.
Estoy empezando a pensar que aquí deber haber alguno  de estos bichos, porque el olor a veces se agudiza.
No los oigo maullar, ni los veo acercarse a mí con su pelo erizado, tampoco noto si me rozan. Ahhhhhh.
Quizás esté en un cuarto distinto y sólo tenga la nariz metida en una gatera.
¡Por dios! Espero que no la muerdan. De las cosas más terroríficas que hay en el mundo es un gato que se te abalanza para morderte y te agarra con sus uñas afiladas llenas de infecciones.
"Los gatos son los animales más limpios que existen". Y una mierda, si yo me lavara a lengüetazos nadie diría: “Mira Blanca lo limpia que es". Sería envidiada, pero por mi capacidad de contorsionismo, especialmente por los tíos.
Desconozco el tiempo que llevo aquí, pero se me está haciendo eterno.
Estoy sudando como un pollo en canasto. Lo más probable es que se me estén despegando los chupones de los cables que tengo por todos lados. Taquicardia tengo seguro.
 Me están entrando arcadas y no me puedo tocar la cara. No pienses, no pienses en nada. Ya lo dice Les Luthiers: "el que piensa, pierde". Ahhhhh. que sube, que sube, que lo echo.
Ahhhh ¿Quién tira de mí? Me han sacado en volandas entre unos cuantos y han tardado unos minutos en quitarme este disfraz.
"Lo siento, he vomitado". Qué vergüenza. Acabo de bajar 4 enteros ante el profesor adjunto que me gusta. Esta es la imagen con la que se va a quedar de mí, sudada, vomitada y con cara de asco.
Espero que mis esfuerzos no hayan sido en vano y siga con mi beca.
Al ministro Wertz lo quisiera ver aquí.


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